martes, 13 de septiembre de 2011

El estilo no se resigna

   Cinco y pico de la tarde de otro domingo de agosto en el que el sol ya se iba ocultando. Sólo quedaba el mate para paliar el frío por San Martín. Y claro, el goce por otra victoria de Mitre.

   El rival era GEBA. El partido estaba dominado con el 2 a 0 a favor y sólo restaba que los minutos pasaran. El cómodo líder del Metro Masculino sumaba otra triunfo ante un oponente nervioso que no podía generar peligro.

   Pero el hockey es glamour. Porque las chicas en edad de competir acompañan desde las gradas y también están las madres, que no olvidan su pasado con la pollerita y se suman domingo a domingo. El cantito folclórico está, la cargada existe, pero es sutil.

   Tribuna local. Una señora de pelo castaño claro -debía tener unos 40 años, como mucho- acompañaba con aliento cada corrida del hueso Almada con un "Vamos Mario", pero le ponía más énfasis a los avances de Joaquín Menini, por lo que se puede suponer que era su hijo. Al mismo tiempo, tenía algo personal contra Tomás Argento, jugador de GEBA del seleccionado nacional. 

   El viento chiflaba fuerte desde las vías del ferrocarril y la mayoría esperaba con ganas el final del partido, no tanto por el resultado a favor sino para refugiarse en el buffet al ladito de una estufa. En la monotonía del segundo tiempo un flick impotente de un jugador visitante tenía destino de caer en el sector de la parcialidad de Mitre, a una cabeza color castaño claro.

   Rápida de reflejos, la señora abandonó el aliento para protegerse de la bocha. ¿Qué hizo? Atinó a colocarse el gorro que tenía en su mano derecha. Por suerte para ella, un hombre  al lado suyo embolsó la pelota de plástico casi macizo en el camino. Así es el hockey, atractivo y elegante también en las gradas.  

1 comentario:

  1. La idea está bien, y aunque está cerca de caer en el lugar común (podría haber descripto con mayor detalle el contexto de ESE partido) logra dibujar mínimamente una anécdota que vale la pena rescatar. La idea era buscar más cosas como esas y escapar a las generalidades.

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