Charito festeja el triunfo |
El gol de Rosario Luchetti fue la cristalización en el resultado de una actitud que se vio desde el inicio del match. Hubo un salto de calidad. El partido se jugó al ritmo que propuso Argentina. Al talento ofensivo y el despliegue de siempre se le sumó el famoso esta noche cueste lo que cueste que solidificó la última línea e hizo rebotar sin grandes sobresaltos la mayoría de los avances asiáticos.
El primer tiempo debe haber sido algo muy cercano al ideal que pretende el cuerpo técnico. No se desbordó constantemente a la defensa china, pero se controló la bocha en territorio rival y hubo efectividad. Y, lo más destacable, en esa etapa inicial la defensa estuvo muy sólida.
A los 14 minutos, el seleccionado nacional supo que ese era su momento y no lo desaprovechó. China recibió dos tarjeta verdes consecutivas, y Argentina hizo valer la ventaja numérica: dos cortos seguidos, infracción a Luchetti, penal, y gol de Noel Barrionuevo.
Maca Rodríguez, asistencia en el 2 a 1 |
"Si nos poníamos devuelta arriba, el partido no se nos iba a escapar". Convencida de sus palabras, Rosario Luchetti fue a convertirlas en acciones. El seleccionado, aún con diez, se plantó en el círculo asiático y consiguió el último fijo. "Le dí con mucha ira, quise meter una china adentro del arco". No hay más que agregar, tremendo fierrazo de Charito y el pase a semifinales. Espera Holanda, el sábado, en el clásico de la última década, final anticipada y la revancha de la última edición de la Champions en las que Maartje Paumen y compañía alzaron el título.
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